Una animación Fantástica pero al mismo tiempo inquietante y perturbadora, sobre
un futuro en que maquinas, humanos y naturaleza forman uno solo e un ser
evolucionado en perfecta armonia y equilibro con el planeta.
Richard Hardy, el realizador de esta animación pensó en la sustentabilidad, o sostenibilidad para crear La Ciudad Trascendente, que en palabras del autor “es una máquina autónoma artificial que se extiende por toda la tierra adaptándose a los ecosistemas naturales que encuentra, mientras que derivan su energía de los recursos renovables disponibles en cada sitio en particular. El deseo de los sistemas es mantener la homeostasis dentro de sí mismo, como también el mantenimiento de la homeostasis del sistema mayor, Gaia. Sus procesos están diseñados a escala molecular por nanotecnologías controladas por computadoras moleculares que analizan el medio ambiente”.
Esta fantasía puede resultar extraña, pero haciendo algo de proyección futurista, es posible que se consiga la superioridad de la inteligencia artificial por sobre la humana, y que la humana gracias a los avances de ésta, también pueda rebasar ciertas complicaciones biológicas que originen un nuevo ser humano y con todo lo anterior una nueva Tierra.
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